Todos los días desde mi casa o desde el trabajo miro la ladera. Observo y analizo las condiciones. Hoy creo que no hay nada que hacer. Otro día pienso que está bien y se podrá volar, aunque no estoy muy seguro. Prefiero oír la opinión de un experto.
Ayer, como un día cualquiera, estaba mirando la ladera un rato. ¡Uy! Hay uno despegando. Me faltó tiempo para coger el equipo y subir a ver quién era. Un grupo de franceses de cursillo. Lástima que no sepa el idioma para contarnos historias. Lástima también que cada vez se haga de noche más pronto. Porque ayer, como un día cualquiera, fue una tarde de lujo.
Os pongo un par de vídeos. Espero volver a ver a los franceses de ayer, por lo menos para saber el nombre del que vuela. Un abrazo.