Fotos: Joel Debons.
Aquí estamos de nuevo en la PWC, en Tucumán, al norte de Argentina. La quinta y última Copa del Mundo de parapente del 2007. Empezamos el año en Ibaraki (Japón), luego en Ager (España), Cornizzolo (Italia), Kayseri (Turquía) y ahora Tucumán en Argentina.
De tanto venir se nos hace ‘casi normal’. Casi normal aprender con los mejores pilotos del mundo. Casi normal volar en las mejores zonas. Y a veces hasta completar los mejores vuelos. ¡Qué bueno!
Tucumán un lindo sitio. Una ciudad agradable del norte. Al pie de las primeras estribaciones de los Andes. Volamos en la última sierra antes del llano. Orientada de norte a sur. Un bosque subtropical muy verde y denso que se asoma desde la montaña a las plantaciones de caña de azúcar, limoneros y todo tipo frutales.
Una infraestructura para el vuelo envidiable. No tenemos nada parecido en España. Despegue de lujo. Bar en el que tomar unos lomitos antes del vuelo, terraza para el público, aparcamiento. Aterrizajes tranquilos para todos los gustos. Entre los limoneros, campos segados o al lado del +30, una cafetería restaurante de voladores para voladores.
Hemos venido tres españolitos. Rosi Rodríguez, Paco Villar y Cecilio Valenzuela. Para Rosi es su primera PWC, nosotros ya tenemos alguna, seguimos aprendiendo.
El sábado día de entrenamientos nos dimos un buen vuelo recorriendo toda la sierra y asomándonos al llano. Había estado muy húmedo los días anteriores y el techo era bajo. El sitio es muy técnico, ladera, nube, llano, la elección no es clara y cambia en cada transición.
La recepción por una vez estuvo divertida. Sin discursos de autoridades. Una exhibición de tango, un asado -qué buena está la carne en Argentina- y un desfile de moda.
Con el Viento...
Cecilio Valenzuela.