Llegó hace ya algunos años, en el despegue estábamos los bandarrillas de casi siempre. Un poco tímida nos preguntó como iba esto del vuelo en parapente. En aquellos momentos el Sr. monitor de la zona estaba ocupado explicando a unos alumnos la técnica para permanecer en una ladera dinámica. A nosotros nos entusiasmo darle las explicaciones de rigor. Cuando el Sr. monitor quedó libre le presentamos a la que por aquel entonces era futura voladora. El muy avispado enseguida nos la arrebató, que listo el jodido.
Pocos días después nuestra nueva amiga ya estaba iniciando sus primeros vuelos, inagotable. Incluso como nos pasa a muchos un poco egoista, siempre quería estar en el aire. Al sufrido monitor lo tenía martirizado con tantísimas preguntas. Que si esto, que si lo otro y lo de mas allá. El caso era evolucionar, volar. La verdad que lo consiguió, aprendió rápidamente lo básico y siguió avanzando.
Hoy es ella quien nos arrastra y anima.
Me alegro por todos aquellos, todas aquellas, que comenzasteis a volar y que no pudisteis dejar de hacerlo. Simplemente porque esto de volar es genial.