La Comunidad Virtual de Parapente y Paramotor

150 pilotos

por nosoloparapente
15/7/2009

¿Que dónde estamos? Pues donde vamos todos los años.

Como no podía ser de otra manera, repetimos Piedrahita. Y como no podía ser de otra manera nuestras intenciones son buenísimas, lo malo es que siempre lo dejamos para mañana. En La Panera nos hacemos unos propositos de la reostia, sobre todo si ya vamos por la cuarta o quinta cerveza. Las condiciones buenas casi todos los días como así lo demostraron la gente de la competición, mucha gente en gol y muchos kilómetros realizados.

Nosotros hacemos lo que podemos, las resacas no son buenas para la concentración en un sitio con estas características. Que si despegamos antes de que se abra la ventana, que si despegamos después, que si tal que si cual, que si ayer tuve un "sketch" (Tito), que si no tengo la cabeza para ruidos.

Total que cuando estamos preparados para despegar un amigo sevillano tiene un contratiempo cerca de donde estabamos. Asistencia y traslado en ambulancia. Al final parece que la cosa no es tan grave como parecía en un primer momento, pero la patata se nos puso a doscientos por hora.

Al final, después de mucho pensarlo, sales a volar, esperas que la racha térmica sea la adecuada. Ya estamos en el aire. Pocas referencias a tu alrededor. Los competidores ya están en Castro Culo y los pocos voladores que están a tu alrededor tienen las esperanzas de que seas tu el que les marques. Si supieran que tu estás esperando lo mismo de ellos...

Peleas, incluso coges alguna térmica excelente, la giras y subes con alegría, estás contento, lo estás haciendo bien o eso crees. En ese momento ves otro parapente que se mete en la misma térmica que tu llevas un rato girando. El hace tres giros y se pone mucho más alto que tu. Mechachis la porra, que leches estaré haciendo mal, pero está claro que algo estás haciendo mal.

Sigues tu trayectoria intentando hacer la mayor distancia posible. En algunos momentos te ves cerca del suelo casi te empiezas a preparar para aterrizar y derepente una mano divina te sube y te sube, al principio peleas un poco, según vas subiendo el vario pita con mas rabia. Tienes la garganta seca pero estás contento. Te acercas a ese tubo maravilloso que viene de tu camelback le pegas un chupetón, te refrescas el gaznate. Das las gracias a la diosa fortuna y sigues para adelante.

Por fín estás delante del coco (El puerto de Villa Toro), pero tienes la altura suficiente, o eso crees. Te decides y te lanzas, ostia, esto no tira para adelante, empiezas a perder altura, aceleras, tiras para aquí, tiras para allá, al final lo consigues, menos mal. Llegas al llano, nacional 110. Otra ascendencia maravillosa te pone a buena altura, te relajas otro poco y sigues el viaje. Ya estás saboreando el cochinillo. Este año te has prometido llegar a Segovia y lo ves posible.

Sigue en el aire, ves gente por debajo tuyo, algunos buscando aterrizaje. Eres malo, te alegras de su mala fortuna, no te acuerdas que tu ayer estabas igual. Hoy estás arriba y disfrutas. Por fin te pones en la vertical de Ávila, encuentras alguna cosa pero no tienes la altura suficiente, sigues buscando pero sólo encuentras descendencias. Al final te planteas el aterrizaje. Lo haces lo más cerca de la carretera, sin problemas. Segovia tendrá que esperar. Pero bueno estás contento. Unos cuantos días de vuelo y este ha sido el mejor de la salida anual a Piedrahita.

En la próxima espero poder invitaros a ese cochinillo que llevo la prometiendo una trinca de años.