Marruecos, separado de Europa por apenas un hilo de agua, ha sido para muchos la primera referencia de viaje exótico,el primer contacto con el universo musulman, el descubrimiento de que la manera de entender las cosas que tenemos los occidentales no puede ser un dogma.
Y eso que Marruecos también es occidente.
Situado a poniente del mundo árabe y sin dejar de ser profundamente bereber, fue durante siglos el puente estratégico que trajo a la peninsula Iberica lo mejor de la sabiduría islamica, hasta que los avatares de la historia han convertido las profundidades del estrecho en un cementerio humano.
Todavía hoy, en las montañas, estepas, oasis, desiertos y en cualquier aldea del Marruecos rural, se conservan los conocimientos ancestrales que han permitido a sus pobladores sacar provecho de una naturaleza frecuentemente avara.
Y en el corazon de las grandes ciudades aún está preservado el espacio irrepetible de las antiguas medinas, un ejemplo de civilizacion integral.
Para el parapentista, además de la deslumbrante belleza y diversidad de sus paisajes y también gracias a su latitud mas al sur que la nuestra, lo hacen un lugar especial para volar en epoca invernal.