Fuí el único paracaidista de la prueba, no es que me sienta orgulloso, pero si contento con el buen funcionamiento del reserva. Es por eso que me gustaría comentar la experiencia.
La secuencia fué: Plegada asimétrica de 60 %, corbata (media vela metida entre los cordinos desde el centro del suspentaje) y autorotación. Con escasos 100 m sobre el terreno. Dejé caer el Vonblon Papillion. La apertura
fué inmediata y muy suave, recogí la vela orienté el paracas al viento y aterricé como si de una vela normal se tratara. Nota: A pesar de tener dos vueltas de twist el paraca fué perfectamente dirigible.
Sugerencia: Por si perdemos de vista el contenedor, no estaría de más llevar uno de repuesto, porque no le vale uno convencional.
Encomendarse a San Rogallo, es una pasada.
Saludos, Fran