La Comunidad Virtual de Parapente y Paramotor

La felicidad... Camino Soria.

por superop
22/5/2008

A primeros de Mayo nos dió a mi mujercita y a mí por irnos, de forma improvisada, a Soria.
Es un sitio al que mi mujer le tiene especial cariño; entre otras cosas, porque fue allí
donde hizo su primera ladera, hace ya catorce años.
Por entonces, conocimos a Javier del Valle, que se volcó con nosotros enseñándonos zonas de
vuelo de las proximidades, e incluso dejó un parapente a Esther para que voláramos los dos. No contento con eso, llegamos a una ladera que tenía el viento ideal para salir. Mi mujer no tenía ni idea de qué hacer, así que Javier la estuvo dando unos consejos y la ayudó a salir.

Disfrutó como una enana.

Bueno, pues como iba diciendo antes, decidimos volver a esa mágica ladera para volar, o al menos que nos diese el aire.

Pues al final, apareció de nuevo Javier, e incluso nos reconoció tantos años después...

La conclusión es que fue un puente perfecto. Por las mañanas estábamos literalmente solos en el campo. Nos dimos esos vuelos frescos de descenso tranquilo, acompañados por algún pajarillo, viendo el uno cómo volaba el otro... disfrutando uno del otro y de la libertad.
Por las tardes, yo ya estaba demasiado cansado como para tirar del parapente con un viento
que ya estaba fuerte, pero Esther sí aprovechó y volvió a realizar su particular comunión con la ladera, el aire y ella.

Y ví que los tres eran uno. El misterio de la Trinidad, quedaba por fin resuelto.
Tendríais que haberla visto girar, tendríais que haberla visto rendirse y bajar porque se le
hacía de noche...

Por supuesto, Javier estaba allí, y tal como hacía catorce años, la estuvo ayudando a salir al aire. Y entonces inmortalicé la escena...

1994:

2008:

Son los mismos, Javier ayudándola y ella saliendo.

Gracias, Javier.

Hacedme caso: Es fácil ser feliz, a pesar de todo lo que te pueda estar pasando.

Simplemente, disfruta del Ahora. Vive el presente, el instante presente, sin pensar en el instante de después.

Y la felicidad aparecerá radiante, estrechándote entre sus brazos.