Bueno, los asiduos de este blog sabrán que algunas veces me "quejo" de la anodina rutina que nos ata, esa rutina que nos atenaza día tras día, y de la que, al menos yo, me evado los fines de semana, y por supuesto... volando si se tercia.
Bueno, he recreado un poco el agobio, ya sabéis, una imagen vale más que mil palabras... Y para mí, un vuelo contiene miles de imágenes... ¿Cómo expresarlo entonces con palabras?
Dejo que el señor Edvard Grieg, con su Palacio del Rey de la Montaña, haga de hilo conductor de la historia...