por cinicos
¡Bird Lives!
Se cumplen 50 años de la muerte de Charlie Parker, el mayor revolucionario del Jazz, de un ataque de risa (más o menos). Al día siguiente de su muerte, en numerosas paredes cercanas a los clubs de Jazz o en vagones de metro, aparecían pintadas que decían ¡Bird vive!. Bird, el pájaro, era Charlie Parker. Es lo que tiene ser una leyenda.
Charlie Parker, cambió radicalmente el curso de la historia del jazz de su época, con él comenzó el Bebop y el mundo del jazz nunca volvería a ser el mismo. Tal vez porque no era músico y no seguía las normas musicales, logró tocar el saxo de una manera inimitable. Sus colegas le consideraban un genio.
Sus ideas musicales estaban muy por delante de su habilidad para tocarlas, por eso tenía que ingeniárselas con recursos poco ortodoxos, musicalmente hablando. Sobre todo porque se empeñaba en tocar un Selmer alto, con una caña Rico del número cinco, la más dura que se hacía en esa época. Charlie Parker tocó con Dizzy Gillespie, Thelonious Monk, Mingus o Miles Davis
Sin embargo, su adicción a las drogas, al alcohol y un desorden mental progresivo, le llevaron directamente a la ruina. La noche de su desastre, grabada en una legendaria sesión, acabó cuando se bebió media botella de whisky de un trago, empezó a tocar "Lover Man", y se fue desintegrando hasta que ya no fue capaz de saber ni donde estaba. Al día siguiente fue ingresado en el psiquiátrico de Caramillo. Aunque al cabo de un tiempo fue capaz de recuperarse y tocar algunos de los mejores temas de su carrera, fue por poco tiempo.
Un buen día, comenzó a sentirse mal y buscó refugio en casa de su amiga la Baronesa Pannonica de Koenigswarter, donde murió riéndose mientras veía la televisión, o mas bien, producto de una combinación de neumonía, ulcera de estomago, cirrosis y excesos de todo tipo.
Charlie Parker, tenía 35 años, pero el médico que le atendió dejó escrito que el cadáver era el de un hombre que aparentaba tener 60 años, mal llevados. Nacía entonces una leyenda del jazz que no ha parado de crece con el tiempo. Convertido en personaje aparece en libros de Cortázar, cuadros de Basquiat o en una película de Clint Eastwood).
(* El título del post es de Ross Russell, biógrafo de Parker)