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Avatar of Íñigo Redín
Íñigo Redín

Pero qué tontos somos los pilotos de competición!!!

No hace falta hablar mucho más de la polémica suscitada con la prohibición de competir con velas no homologadas.

Sólo quiero añadir que, la gran mayoría de los pilotos de competición (atención a lo de "competición") somos realmente TONTOS.

Veo muchos pilotos que se alegran por esta prohibición.
Veo pilotos que, en una manga de competición, se alegran al anularla por malas condiciones.
Pilotos que no quieren participar en un comité de seguridad por no querer dar su opinión, por no ser capaces de separar sus intereses personales en una clasificación, de la seguridad.


¿Pero somos idiotas o qué?
Si no te gustan las condiciones, te bajas, para empezar. No necesitas que nadie te la anule si ves que tu seguridad, comodidad, o simplemente, disfrute, se ven en peligro.

No tenemos criterio, al parecer, y gran parte de la culpa de lo que nos pasa (hablo de nuestro deporte) es porque somos como borregos, que seguimos una tendencia, y no somos capaces de cambiar de opinión si no lo hace mucha gente, o un ser "superior" (en este caso, organizadores/federaciones, etc).


Ojo, me incluyo, que, aunque en muchas ocasiones me he bajado (sobretodo al recordar que tengo familia), en otras, seguro que he seguido adelante.

No nos olvidemos, el parapente, mata (como el coche, la moto, el avión, una maceta, etc...)
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Carlos

pues sí

Pues es verdad. Volar en competición donde otros deciden por ti a donde y por donde tienes que volar, si las condiciones son buenas o no, cuando despegar, etc da una falsa sensación de seguridad donde la gente se confía porque parece que todo está más o menos controlado dentro de la organización de la competición. Es el efecto borrego.
Y si bien es cierto que volar con más gente y que sabe más que tú puede aumentar la seguridad en cierta medida, la realidad es que ahí arriba eres tú, tu trapito y tus decisiones.
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Carlos

pues sí

Pues es verdad. Volar en competición donde otros deciden por ti a donde y por donde tienes que volar, si las condiciones son buenas o no, cuando despegar, etc da una falsa sensación de seguridad donde la gente se confía porque parece que todo está más o menos controlado dentro de la organización de la competición. Es el efecto borrego.
Y si bien es cierto que volar con más gente y que sabe más que tú puede aumentar la seguridad en cierta medida, la realidad es que ahí arriba eres tú, tu trapito y tus decisiones.